"Di-Vagando" con mi Padre

"ARQUITECTURAS VISITADAS"


No recuerdo "el cuándo" y el paso de los años ha difuminado "el dónde", pero si parafraseando a Zevi, se entiende por arquitectura la masa que delimita un espacio que nos atrae, nos eleva, nos subyuga espiritualmente, no tengo por más que rendir tributo al mundo clásico y remontarme a mi infancia para rememorar la vivencia de un artificio que, aunque sólo en esencia, no sea no-arquitectura. Nunca olvidaré el día en que por primera vez sentí y participé del "asombro", y es precisamente ahora, como estudiante de arquitectura, cuando más añoro la magia de aquel instante en el que al atravesar un umbral se abrió la caja de Pandora y un sinfín de sensaciones inexplicables invadieron mi espíritu.

Qué extraño y hermoso resultaba a ojos del pequeño el perímetro elíptico de aquel desconocido artefacto en el que no había ventanas y una lona de colores azul y blanco todo lo cubría, "¿Qué albergaría en su interior? ¿Cómo es posible que se pudiera hacer y deshacer una casa en un sólo día?" y, lo más increíble, que se mantuviese en pie, "¡Pero si las paredes eran de plástico!" Cuántas preguntas me hacía mientras mis padres compraban las entradas y qué impaciencia: "¡Daros prisa¡ ¿No escucháis? ¡Acaba de empezar!".

Un trozo de lona que, perpendicular al volumen principal, levitaba sobre el suelo, nos hizo intuir la entrada y presurosos nos dirigimos hacia el inicio de un mundo de ilusiones y vivencias desconocidas...

No hay nada más excitante que lo inexplicable; a simple vista, las situaciones creadas por malabaristas, trapecistas, equilibristas, contorsionistas y demás "trouppe" circense rompen la realidad, la distorsionan y desintegran de su contexto habitual, haciendo real visualmente, lo que la mente ha soñado como posible y lo que la razón ha elevado al rango de locura o irrealidad. Pero aún no hemos llegado a la cima de lo imposible porque el espacio y volumen permanecen aún reales e inmutables en su percepción; será necesario que entre en acción la magia para que todo se rompa; la realidad se transforma en un mundo de fantasía por la alquimia del hombre. Nada permanece estable en la retina del observador: sombras que no son sombra y que como caballo de Troya arrastran y cobijan volúmenes inexistentes, ¡Cómo inexistentes! Dónde había la nada, la carencia de espacio, aparece la realidad más pasmosa de apariciones reales dispuestas a conquistar nuestros sentidos.Asemejan mutaciones de espíritus etéreos trasladados de la mente a la realidad por poderes sobrenaturales y dispuestos a confundirnos en nuestras mas firmes convicciones.

Las pupilas se dilatan queriendo penetrar misterios insondables, y nada de lo que vemos es realmente lo que se ve, porque una mente ambiciosa ha sabido proyectar sobre nosotros su propia apreciación de las formas, desviando nuestro mundo racional por los caminos de su mundo imaginario. Piensan por nosotros y nos dejamos llevar y a continuación sólo podemos apreciar su mundo imaginario y creativo; obra creativa de expresión plástica. Todo rompe sus moldes; lo limitan, lo comprimen y nos incapacitan de tal modo que somos esclavos de su propio mundo mágico. Nos hacen creer, porque no nos dejan pensar y, por otro lado, nada hay tan propio en el mundo de la imaginación como el vuelo hacia lo desconocido e impensable; somos Ícaro en busca del Sol, aunque sus destellos nos deslumbren y engañen. Un mundo del revés sería posible en la creación artística

¿Por qué ese deseo permanentemente activo e insatisfecho de búsqueda y conocimiento?
¿Por qué siempre presente y en evolución, y sin control ni medida?
¿Hay algo que nos empuja y nos lleva fuera de nuestro propio ser, enbusca de lo que carecemos y necesitamos?

La Humanidad en la búsqueda de sí misma, se realiza plasmando sus inquietudes y deseos en creaciones cada vez más complejas, pero que observadas con detenimiento, todas tienen rasgos comunes:

Los jardines de Babilonia, el laberinto de Cnosos, el calendario de Stonehenge, las pirámides de Egipto, los bisontes de Altamira, el Machu-Pichu, y las múltiples creaciones artísticas siguientes no son más que transformaciones de una Naturaleza que está implícita en el propio ser humano. Naturaleza y Hombre complemento en armonía.

El hombre desde sus albores, como ser inteligente, vive en permanente contacto con la madre naturaleza y su entorno y no puede dejar ese cordón umbilical que lo une con ella, que lo alimenta, lo envuelve y lo mediatiza. Sin duda se extasiará ante el Gran Cañón del Colorado, la “Ciudad Encantada” de Cuenca, los géiseres de Yellowstone, las cuevas de Aracena, las moles del Himalaya ,los acantilados de Dover, el salto del Ángel o el misterio de las auroras boreales y las noches árticas. Pero la mente humana , como tal, no trabaja al nivel físico de los elementos, su campo es el de la abstracción, y allí traslada esas secuencias, para darle su propio tratamiento e interpretación. No cabe duda que desde esa perspectiva, es desde donde nosotros tenemos que buscar esos rasgos comunes de los que hablábamos.

La Naturaleza se perpetúa por propia evolución a sí misma; se repite, por inercia; responde siempre de la misma forma, en las mismas circunstancias. Pero el hombre, naturaleza pensante, copiará mentalmente la Naturaleza, la transformará en él, la interpretará y la liberará en forma de creaciones propias, con características singulares e individuales, que aunque en su origen primigenio puedan procederde esa misma Naturaleza, nunca estarán condenadas a repetirse, porque la esencia del espíritu humano se ha dotado de una cualidad superior: la libertad.

El hombre se hace libre en su acción, por lo tanto su obra goza de esa naturaleza sólo limitada por las necesidades físicas de plasmación real. Se hace necesario, por tanto, superar esas barreras físicas para dar cima a su obra imaginativa. Estamos ante la dualidad espíritu-cuerpo, libertad-limitación. Se complementa en nosotros el ángel y el hombre, lo eterno y lo terrenal, la vida y la muerte; ... misterio y realidad.

Los faraones quieren eternizarse en el viaje al más allá, su mente así lo ha decidido y sus medios se lo permiten; por lo tanto hay que vencer las limitaciones terrenales, las raíces de la tierra, y volar al mundo de los dioses. Esa lucha entre lo espiritual y lo terrenal concluirá con las obras más colosales que haya producido el espíritu humano.¿Quién ha vencido? . Sin duda alguna el hombre como tal.

La evolución ha hecho su camino, y su rumbo siempre será el logro del día siguiente, es como el trabajo de una marea, en que la siguiente ola apoya el trabajo de la anterior; y nada impide continuar la labor de continuos descubrimientos y amaneceres del espíritu creativo del ser humano. El hombre copiará a la vida misma, como parte de ella, ayudando a su propia formación y no podrá sustraerse con su contribución, pues forma parte intrínseca del mundo en el que vive, y por lo tanto nada le es extraño, ni indiferente.

La obra humana será una creación a partir del soporte físico de su propia existencia. Superada la etapa de la supervivencia, es lógico que su meta vaya más allá de ese estadio y que tenga ansiasmás elevadas para su consecución. No sería de extrañar que la observación de un canto rodado por una ladera, diera como resultado la rueda; un surco natural, un presa de conducción de agua; una cueva natural, una cabaña; un tronco flotando, una canoa, etc.; y así estaríamos ante la superación natural por el espíritu racional. Sólo resta pensar, ¿en qué punto, de lo que podríamos llamar evolución intelectual, nos encontramos?.

Nada puede contestar al futuro, pero queremos creer que tampoco se detiene el presente; como así ha sucedido con el pasado; y mientras haya la dualidad hombre-espíritu, habrá constantemente un perfeccionamiento evolutivo de las propias características que lo conforman como ser.



Cada noche tiene su amanecer, el Hombre cual Ave Fénix, renace cada día de su propia existencia.

A mis padres, siempre agradecido.

Madrid, 2001.